Blogia
POR UN MUNDO DIFERENTE

Derechos Humanos

Se obliga a manifestantes egipcias a someterse a "pruebas de virginidad"

Amnistía Internacional ha pedido hoy a las autoridades egipcias que investiguen las graves denuncias de tortura –incluida la realización forzosa de “pruebas de virginidad”– infligidas por el ejército a manifestantes detenidas en la plaza de Tahrir este mismo mes.

 

Después de la violenta operación emprendida por el ejército el 9 de marzo para expulsar a los manifestantes de la plaza, al menos 18 mujeres fueron puestas bajo custodia militar. Las manifestantes han contado a Amnistía Internacional que las golpearon, les aplicaron descargas eléctricas, las sometieron a registros corporales sin ropa mientras soldados varones las fotografiaban, y luego las obligaron a someterse a “pruebas de virginidad” y las amenazaron con acusarlas de prostitución.

Las “pruebas de virginidad” son una forma de tortura cuando se realizan a la fuerza o bajo coacción.

“El obligar a las mujeres a someterse a ‘pruebas de virginidad’ es absolutamente inaceptable. Su finalidad es degradar a las mujeres por el hecho de ser mujeres”, ha manifestado Amnistía Internacional. “Todos los miembros de la profesión médica deben negarse a participar en estas supuestas ‘pruebas’.”

Salwa Hosseini, de 20 años de edad, relató a Amnistía Internacional que, tras ser detenida y conducida a una prisión militar en Heikstep, la obligaron, junto con las demás mujeres, a quitarse toda la ropa para ser registrada por una guardia de la prisión, en una habitación con las puertas abiertas y una ventana. Durante el registro sin ropa, Salwa Hosseini afirma que unos soldados se asomaron a la habitación y tomaron fotografías de las mujeres desnudas.

Después, un hombre con bata blanca las sometió a “pruebas de virginidad” en otra habitación. Las amenazaron con que, “las que no sean vírgenes", serían acusadas de prostitución.

Según la información recibida por Amnistía Internacional, una mujer que había dicho ser virgen, pero cuya prueba supuestamente demostró lo contrario, fue golpeada y sometida a descargas eléctricas.

“Las mujeres y las niñas deben poder expresar sus opiniones sobre el futuro de Egipto y manifestarse contra el gobierno sin ser detenidas, torturadas o sometidas a un trato profundamente degradante y discriminatorio”, ha manifestado Amnistía Internacional.

“Los militares trataron de humillar aún más a las mujeres al permitir que unos hombres las observaran y fotografiaran lo que estaba sucediendo, con la amenaza implícita del daño que podrían sufrir esas mujeres si las fotografías se hicieran públicas.”

La periodista Rasha Azeb también fue detenida en la plaza de Tahrir y, según ha dicho a Amnistía Internacional, la esposaron, golpearon e insultaron.

Tras su detención, las 18 mujeres fueron llevadas inicialmente a un anexo del Museo de El Cairo donde, según los informes, las esposaron, las golpearon con palos y mangueras, les aplicaron descargas eléctricas en el pecho y las piernas, y las llamaron “prostitutas”.

Rasha Azeb vio y oyó cómo torturaban con descargas eléctricas a las otras detenidas mientras estuvieron recluidas en el museo. Ella quedó en libertad varias horas después, junto con otros cuatro hombres que también eran periodistas, pero las otras 17 mujeres fueron trasladadas a la prisión militar de Heikstep.

Los testimonios de otras mujeres detenidas al mismo tiempo, reunidos por el Centro El Nadeem para la Rehabilitación de las Víctimas de Violencia, coinciden con los relatos de Rasha Azeb y Salwa Hosseini sobre golpes, electrocución y “pruebas de virginidad”.

“Las autoridades egipcias deben detener el terrible y degradante trato infligido a las manifestantes. Las mujeres participan plenamente en el movimiento para lograr cambios en Egipto, y no deben ser castigadas por su activismo”, ha manifestado Amnistía Internacional.

“Todas las fuerzas armadas y de seguridad deben recibir instrucciones claras de que la tortura y otros malos tratos, incluidas las ‘pruebas de virginidad’ forzosas, ya no se tolerarán, y se investigarán a fondo. Los responsables de esos actos deben comparecer ante la justicia, y las valerosas mujeres que han denunciado estos abusos deben contar con protección frente a las represalias.”

Las 17 mujeres recluidas en la prisión militar comparecieron ante un tribunal militar el 11 de marzo y quedaron en libertad el 13 de marzo. Varias fueron condenadas a penas condicionales de un año de prisión.

Salwa Hosseini fue declarada culpable de conducta desordenada, destrucción de propiedad privada y pública, obstrucción del tráfico y tenencia de armas.

Amnistía Internacional se opone a que se juzgue a civiles ante tribunales militares en Egipto, ya que estos tribunales tienen un historial de juicios injustos, y en ellos se restringe severamente el derecho de apelación.

Desde el corazón de un niño esclavo

En Costa de Marfil, un país de 16 millones de habitantes al que Francia independizó hace cuarenta años, nadie quiere hablar de esclavitud infantil. Tal cosa no existe, dicen. Es una mentira que circula por Europa para desprestigiar a esta nación, la más próspera de África occidental, y hundir su economía. El Gobierno lo niega. La prensa, también. No hay esclavos. El País ha viajado a la zona y ha encontrado, sin embargo, varios casos de niños en condiciones que pueden ser calificadas de esclavitud. Con una renta ’per cápita’ de 700 dólares, Costa de Marfil posee diamantes, oro, cobalto y petróleo. Su producción de cacao es una de las más altas del mundo, si no la más alta. Un 20% de la mano de obra es extranjera. Los más pobres de los países vecinos caen en la trampa atraídos por una vida mejor.

 

El mayor tiene 15 años. El otro, 14. Los dos llegaron hace diez meses a esta plantación de Costa de Marfil, engañados y muertos de miedo. Son de la misma aldea de Burkina Faso (antiguo Alto Volta), que abandonaron porque sus familias no les daban de comer. Y no había trabajo. Sólo han conocido el hambre y la miseria. Era preciso huir de /allí. En la estación de autobuses de su pueblo conocieron al traficante. Les prometió todo lo que deseaban: trabajo en un taller, un sueldo decente, papeles para no ser ilegales. Son analfabetos. Además les dijo que no les cobraría nada. Su comisión la paga siempre el patrón. Y el patrón es amigo. Así que los dos muchachos, que se llaman exactamente igual -Adama Sanou- porque son primos y sus padres les pusieron el mismo nombre, confiaron en el traficante. Y cruzaron la frontera, viajaron de noche, pasaron de largo por una ciudad, Daloa, en la que creían que iban a quedarse, y al fin llegaron al infierno: Bonofla.

 

El patrón, Soro Sitafa, los esperaba con el machete. Les dijo: ’De sol a sol, y a callar’. Y ellos se miraron con asombro. Quisieron protestar. El traficante desapareció. Y entonces comprendieron que ya no eran libres. Que eran esclavos. Ahora, al cabo de diez meses de torturas, están al límite de sus fuerzas. Tienen hambre. Tienen miedo. Y, sobre todo, ya no tienen esperanza. Sus familias ignoran dónde están. Seguramente, dice el mayor, creerán que han muerto. Si al menos apareciera por aquí el traficante, le pedirían que los pusiera en contacto con los padres. Pero ese hombre cobró la comisión (unas 8.000 pesetas al cambio) y se esfumó.

 

Imposible escapar

 

El patrón, Soro Sitafa, ya les ha dicho que si dentro de dos meses no vende bien la cosecha de cacao, no podrá pagarles el sueldo anual (unas 28.000 pesetas) y en tal caso ellos habrán de quedarse un año más aquí. Pensar esto no les deja dormir, aunque las noches son largas y silenciosas en las plantaciones. No hay electricidad. No tienen televisión. Y como son analfabetos, tampoco podrían leer. Se dan ánimos el uno al otro. Su sueldo, si alguna vez lo cobran, es cada día más bajo. Les ha dicho el patrón que les quitará la comisión pagada al traficante. Además, cuando se pegan un tajo con el machete, y esto es muy fácil que ocurra, el patrón anota lo que le cuesta una venda. También descontará la venda del sueldo anual. Y si caen enfermos, todavía es peor. Cada día que no trabajan, su dinero mengua.

El patrón los alimenta dos veces al día. Siempre comen lo mismo. Una pasta de ñame, que es como una patata grande o como un boniato sin azúcar, y otra pasta de maíz. O a veces, un plato de arroz.

 

Además de añorar su aldea, piensan en fugarse de la plantación. Pero no es fácil. El patrón tiene una motocicleta. Y les ha dicho que si se escapan, les dará alcance con la moto. Los pillará y los traerá a la plantación y les pegará. Si no los pilla, será mala señal. Eso quiere decir que se habrán perdido entre las espesura de esta interminable vegetación, donde se acaban los caminos y hay animales que acabarán matándolos. El patrón les dice que será mejor que no se pierdan. El silbato de caña que llevan en la empuñadura de un cuchillo ya no se oirá. Y cuando los encuentren muertos, si es que aparecen sus cadáveres, los traerán al campamento de la plantación y los enterrarán en un sitio que ya les ha enseñado. ’Si os pillo con vida, también os entierro hasta el cuello, y se os irán las ganas de fugaros’, les dijo al poco de llegar.

 

El patrón los llama. Ya está bien de hablar, les dice. Al trabajo. Y entonces el patrón, Soro Sitafa, me explica que no es rico, como muy bien puedo comprobar. No es un gran terrateniente. Su plantación no va más allá de las siete hectáreas. Y el precio del cacao no para de bajar y de bajar. Y si sigue así, no pagará ni a esos chicos de Burkina Faso ni a los otros que trabajan para él. Soro Sitafa añade que si fuera rico no emplearía a muchachos ilegales. Tendría trabajadores más duros, de cualquier pueblo de Costa de Marfil. Pero no puede permitirse ese lujo. Menos mal que el traficante conoce perfectamente sus necesidades y le facilita mano de obra barata.

 

Endulzarse con sangre

 

Al salir de esta plantación, y ya en camino hacia la siguiente, oigo por la radio del coche al embajador de Costa de Marfil en el Reino Unido, quien, en tono irritado, dice que es intolerable la campaña de desprestigio desatada por la prensa británica contra Costa de Marfil. Incluso la BBC, siempre objetiva y ponderada, ha llegado a afirmar -añade el embajador- que el chocolate que comen los niños ingleses tiene dentro sangre y carne de niños africanos. ¿Cómo se atreven a decir algo así? ¡Un niño europeo endulzándose el paladar con la sangre de un niño africano!

 

Una acusación así hay que probarla. Es una falsedad. Y el embajador, y con él dos ministros de Costa de Marfil que han viajado a Londres para contrarrestar esa campaña, desafían a quien quiera venir a Costa de Marfil, donde no tienen nada que esconder, para que juzgue si existe o no esclavitud infantil.

 

Apago la radio. Debo detenerme en Daloa, donde existe una pequeña asociación de inmigrantes de Mali que trata de controlar los casos de explotación infantil de sus nacionales en esta región de Costa de Marfil.

 

Ahora estoy en una calle polvorienta de esta ciudad de Daloa, la tercera del país en importancia, donde entre vendedores de irreconocibles piezas de desguace de vehículos, sacos de maíz, productos de limpieza y zapatos remendados, suena a todo volumen la música de Bob Marley y me espera Diara Drissa, un hombre tal vez de unos 45 años (la expectativa de vida no pasa en estos países de esa edad). Drissa se monta en nuestro 4 - 4 . Lleva un pequeño cuaderno en el que anota los nombres de niños de Mali, indocumentados, que trabajan en plantaciones de cacao en un radio de 50 kilómetros de la ciudad. No son muchos, dice, por dos razones. La primera se debe a que el Gobierno de Costa de Marfil le está metiendo miedo a los patronos que contratan a menores de edad, aunque, añade, las penas son leves y a veces prefieren pagar una multa o ir un par de meses a la cárcel y no renunciar a esa explotación. La otra razón que apunta Drissa es mucho más inquietante: no hay forma de localizar a los niños esclavos hasta que éstos consiguen fugarse de las plantaciones en las que viven secuestrados. Y cuando esto ocurre, suele tratarse de una tragedia.

 

Drissa recuerda un incidente ocurrido hace cuatro años, cuando un traficante trajo a varios niños de diez años que fueron rechazados en las plantaciones por ser demasiado débiles. El traficante los abandonó a su suerte en una estación. Y el embajador de Mali en Costa de Marfil protestó ante el Ministerio de Exteriores de este último país.

 

Por estrechas carreteras sin señalizar, entre una vegetación salvaje, llegamos al cabo de una hora a Bonofla, un pequeño pueblo en el que Drissa, mi acompañante e intérprete, habla con el anciano que está mejor informado de las plantaciones en las que existe esclavitud infantil. Este hombre venerable aparece con su propio taburete, lo coloca debajo de un gran mango cerca del coche y, una vez sentado a su sombra, facilita a Drissa la información.

 

El gusano de Guinea

 

Ya avanzamos, pues, hacia el interior de las plantaciones hundidas en un vaho espeso y asfixiante. En una plazoleta del campamento veo una charca de agua turbia y viscosa de la que beben indistintamente personas y animales. Dependerá del azar que este agua, la única disponible, transmita o no enfermedades a quienes la consumen. El temido gusano de Guinea podrá anidar y desarrollarse en el organismo de quien beba el agua contaminada. El gusano crece poco a poco en las extremidades inferiores, entre la carne y la piel. Transformado en serpiente, mordisquea en el interior. Es muy doloroso. Va creciendo hasta medir un metro. Luego, intentará salir. Y esto es lo peor: se abrirá paso por donde pueda, por el sexo, la lengua, incluso por un ojo. Si cuando está saliendo se rompe y queda algo dentro, el gusano volverá a crecer y la enfermedad se prolongará otros seis meses de parálisis y sufrimiento.

 

En esta otra plantación, que parece un calco de la anterior, el patrón se llama Dote Coulibaly. Sus chicos de Mali, dice, son buenos chicos. Pero corren muy malos tiempos para el cacao. El año pasado no pudo pagarles el sueldo. Ojalá pueda pagarles este segundo año. Pero los chicos saben que volverán a ser estafados. Es casi lo primero que denuncian. Han perdido las esperanzas. Uno se llama Siaka Traure. Lo trajeron a esta plantación cuando tenía 15 años, o eso cree. Porque tampoco tiene ningún documento. Nunca tuvo un documento. Si dice que nació en Bla, una aldea de Mali, tienen que creerle. No puede probarlo. Ni siquiera puede probar su nacionalidad. El otro es algo más joven. Se llama Brahima Malle. También es de Bla. Y cuando lo encerraron aquí tenía 12 años. Lo único que piden es que hagamos algo para que el patrón les pague todo lo que les debe (unas 50.000 pesetas en total a cada uno), porque han trabajado de sol a sol casi dos años y aún no han recibido ni un céntimo. Y tienen pánico de enfadar al patrón.

 

El patrón no les deja marcharse. Si lo hacen, dice Traure, los perseguirá y los entregará a la policía y le dirá a la policía que son ladrones, que le han robado. Siempre tienen miedo de que falte algo en la casa del patrón porque entonces el patrón dice que han sido ellos, los de Mali, los que le quitan cosas. Y no es cierto.

 

El pequeño, Brahima Malle, es más intrépido que el otro. Se cuela en el 4 - 4 y se acurruca allí. Drissa le dice que no, que tiene que bajar. No puede venir con nosotros. Pero él se resiste. Dice que lo dejemos ir y que luego lo soltemos en cualquier sitio, en una carretera grande o en una aldea. Eso es todo lo que pide.

 

Drissa se enfada. Amenaza al muchacho. Si no baja del coche por las buenas será peor. Drissa hará lo posible por ayudarles. No les va a engañar como el traficante ni como el patrón. Deben confiar en él. Ahora escribirá sus nombres en el cuaderno y la asociación intentará hablar con sus familias en Bla para sacarlos de aquí.

 

A Drissa le pido que traduzca literalmente lo que dicen los muchachos. Que no cambie ninguna palabra. Quiero que les pregunte si el patrón los maltrata. Si saben algo de sus familias. Si saben algo del traficante que los metió aquí. Y si temen que el patrón pueda hacerlos desaparecer.

 

No, no saben nada del traficante. Tampoco de sus familias. El patrón les amenaza. Cuando quiere les pega. Y sí, tienen miedo, mucho miedo, del gusano de Guinea y de que les pase algo y no salgan de aquí.

 

Debemos regresar a Daloa antes de que oscurezca, dice Drissa. Es peligroso viajar de noche. Hay bandidos. Pueden desvalijarnos. O matarnos. ¿Qué mas quiero saber?

Una última pregunta: si están decididos a fugarse de la plantación, pase lo que pase.

Siaka Traure niega con la cabeza. ’No, es imposible’, dice. No se atreve a huir. Y luego, avergonzado, apenado y con resignación, añade: somos esclavos.

 

Venta de niñas

 

En el barrio de Adjame, en la ciudad de Abidjan (tres millones de habitantes), hay numerosas agencias de colocación de servicio doméstico. Muchas son ilegales. Colocan menores de edad. A sus puertas (a veces ni siquiera hay puerta, sólo una techumbre bajo la que, sentadas en un banco, esperan las candidatas, con sus mejores ropas, a ser contratadas), llegan los niños y adolescentes que quieren conseguir un trabajo en una familia. La clase media aprieta las tuercas de la clase baja. El encargado del trato procura dar salida a la mercancía, entregando a los niños a precio de saldo. Los de Mali son bien valorados como cocineros. Las guineanas demuestran aptitudes para limpiar, aunque, según el director de la agencia Citem, Serill Lambert, fundador y presidente del gremio de agencias de colocaciones de Costa de Marfil, hay que instruirlas porque de lo contrario son capaces de fregar una butaca de terciopelo como si fuera un piso de baldosas.

 

En la Oficina Católica Internacional de la Infancia, Victorine, una adolescente de 14 años, rebaña su plato de arroz. La Oficina Católica la ha sacado de la esclavitud, o de algo muy cercano a ella. Victorine no tiene pasaporte ni documentación alguna que pruebe quién es, cuándo ni dónde nació. Como ella se cuentan por miles. Estaba siendo explotada hasta hace un par de semanas. Una colaboradora de esta oficina presenció casualmente una escena en un pequeño restaurante en el que la patrona estaba golpeando con un palo a la niña. Le pidió a la mujer que dejara el palo. Pero ésta replicó que tenía derecho a apalear a la niña cuando quisiera y las veces que quisiera: era el ama del negocio y también de la niña. La familia de Victorine la entregó a un pariente lejano que prometió cuidarla a cambio de pequeños trabajos domésticos. Pero no fue así. Fue explotada y después cedida a un extraño que la llevó a Costa de Marfil para seguir siendo explotada y maltratada aquí.

 

Victorine empieza a ser libre. Venderá fruta por el barrio de las oficinas y de los hoteles. Tiene preparada la cesta y ya sabe cómo llevarla en la cabeza. Es fuerte, añade, y su cuello aguantará todo el peso del mundo.

Por: Ignacio Carrión, el Pais

Homeland

Gran parte de las regiones de indios nativos americanos ven como sus tierras están amenazadas por el imparable deterioro medioambiental motivado, en la mayoría de los casos, por una mala praxis de la actividad industrial y un vacío legal en materia de medioambiente. Es un tema altamente preocupante para estas gentes cuyo motor económico depende única y exclusivamente de la tierra en la que habitan. Este documental se aproxima a esta alarmante situación a través de cuatro historias con un punto de vista en común: personas que han decidido luchar activamente contra las empresas, instituciones o decisiones políticas que exponen a las comunidades nativas americanas a un futuro incierto..

Crónica de la manifestación

Crónica de la manifestación
Domingo 15 de noviembre de 2009, por Centro de Medios.

(Crónica y foto, gentileza del "Centro de Medios") XXXVI aniversario de los Acuerdos Tripartitos. Sábado 14 de noviembre de 2009 en Madrid.

El 14 de noviembre de 2009 se cumplen 34 años de la firma de los “Acuerdos Tripartitos de Madrid”, en los que se entregó a Marruecos y Mauritania los territorios colonizados por el Estado Español en el Sahara. Varios miles de personas han salido a las calles en Madrid en esta efeméride para señalar al gobierno español como responsable de la situación del pueblo saharaui.

La manifestación, convocada bajo el lema "Justicia y Libertad para el Pueblo Saharaui", ha reunido a miles de personas. A las 12:50 la cabecera había sobrepasado Jacinto Benavente y la cola aún permanecía parada en el inicio de la calle Atocha donde se sumaban grupos de solidarios.

Ayer, 13 de noviembre de 2009, seis activistas andaluces desplegaban una bandera saharahui de 10 metros en la Torre Eiffel (París). Pretendían denunciar así la situación represiva que sufren los defensores de los derechos saharauis. Uno de los últimos episodios ocurria el pasado 8 de octubre en el Aeropuerto de Casablanca (Marruecos), donde fueron detenidos: Ali Salem Tamek, Brahim Dahane, Ahmed Naceri, Idagja Lachgare, Saleh Loubbihi, Yahdih Ettarrouzi y Rachid Seghayer, cuando regresaban de visitar a sus familias y amigos en los campamentos de refugiados saharauis en Tindouf (Argelia). El Reino de Marruecos les acusa de "traición a la patria" y "atentar contra la soberanía e integridad territorial de Marruecos", y se les quiere juzgar mediante un Tribunal militar, que puede sentenciarlos incluso a la pena de muerte.

Por desgracia, el mismo día que la bandera era desplegada llegaban noticias de una nueva detención: Aminatou Haidar, ha sido detenida a primera hora de la tarde en El Aaiún (Sáhara Occidental) a su llegada en un vuelo procedente de Las Palmas. Haidar regresaba de Estados Unidos donde ha sido galardonada por su defensa de los derechos humanos en el Sahara. Dos españoles que la acompañaban en el mismo avión, el documentalista Pedro Barbadillo, y el fotógrafo Pedro Guillén, están también retenidos en la comisaría del aeropuerto. Finalmente ha sido expulsada de Marruecos a Lanzarote, a pesar de contar con pasaporte marroquí.

Hoy, 14 de noviembre de 2009, han estado muy presentes en Madrid los nombres e imágenes de estos 8 independentistas saharauis. Sus fotos en estandartes podían verse entre centenares de banderas saharauis con el lema "Sahara libre" que a las 12:00 horas portaban los primeros manifestantes en Atocha, donde se iniciaba el recorrido.

La manifestación, convocada bajo el lema "Justicia y Libertad para el Pueblo Saharaui", ha reunido a miles de personas. A las 12:50 la cabecera había sobrepasado Jacinto Benavente y la cola aún permanecía parada en el inicio de la calle Atocha donde se sumaban grupos de solidarios.

En las pancartas podía leerse: "Justicia Ya", "Por la libertad y la independencia del Sáhara", "Referemdum por el Sáhara" así como muchas con distintos lemas referentes a libertad de lo presos políticos.

Varias bandas de música amenizaban el paseo y los lemas variaban continuamente en los distintos puntos de la manifestación. En todos los puntos se recordaba en algún momento la responsabilidad del estado español con el Sahara, la política de complicidad con el régimen criminal marroquí del gobierno del PSOE, se pedía libertar para el Sahara y para los presos saharauis y se animaba en la lucha del Frente Polisario.

La manifestación, de carácter estatal, ha contado con la presencia de compañeros desplazados de Galiza, Extremadura, Andalucia, Asturies, Euskal Herria, Castilla... que portaban banderas nacionales junto con las banderas Saharauis. Así, en la parte final de la manifestación, se llegaban a confundir los colores rojos, verdes y blancos de las numerosas ikurriñas con los de las banderas saharauis. Aunque, sin duda, la presencia más numerosa era la de saharauis residentes en el estado. Muchos de ellos ayudando a portar las numerosas banderas gigantes que podían verse en el recorrido.

Poco antes de las 14:00 horas comenzaban los discursos políticos desde el escenario que había preparado la organización, Coordinadora Estatal de Asociaciones de Amistad y Solidaridad con el Pueblo Saharaui y la Plataforma Cívica Pro Referemdum del Sáhara. Políticos saharauis, solidarios del estado y actores leyeron discursos desde el escenario.

Fue durante los inicios de las lecturas cuando ocurrió el único incidente señalable de la jornada. A la manifestación había asistido una decena de dirigentes y militantes de UPyD portando una pancarta y propaganda, entre ellos Rosa Diez, acompañados por un grupo de guardaspaldas pertenecientes a las fuerzas de seguridad del estado que se hacían pasar por serguidores de la formación. Fueron numerosas los gritos en contra de UPyD y de Rosa Diez, hasta el punto de desplazarse hacia la parte menos visible en la Puerta del Sol tras ver como las amenazas de detención que realizaban miembros de UPyD identificados con gorras y pegatinas del partido no surtían efecto. En su nuevo emplazamiento uno de los jóvenes que componían una banda de música, que animaba la espera de los discursos a los concentrados, comenzó a interpretar a los vientos el Eusko Gudariak (Himno al soldado vasco) ante la cara de indignación de los concentrados de UPyD. Al mismo tiempo arreciaban los gritos contra la presencia de la formación y se les animaba a irse. Fue entonces cuando dos de las personas que estaban trás la pancarta de UPyD se dirigieron a un joven andaluz, que portaba una bandera del Sahara y desaprobaba la presencia de Rosa Diez, sacaron sus placas y se identificaron como policias. En un momento más personas de la comitiva de UPyD, se acercaron para evitar que la policia quedara al descubierto mientras intentaban sacar al joven de la manifestación. Gracias a la solidaridad del resto de concentrados que presenciaron la escena e increparon con gritos e insultos de "Fascistas" y "Libertad" el joven pudo zafarse de los agentes. La ya de por si arrugada Rosa Diez no podía más que arrugar el gesto y solo intercalaba alguna falsa sonrisa cuando aparecía una cámara de video o foto.

'Festival pacifista'

'Festival pacifista'

Cientos de personas, pertenecientes a diversas organizaciones pacifistas, se han manifestado en Madrid en lo que han llamado "un festival pacifista y humanista" por la paz y la no violencia, que se está desarrollando en diversos países.

El núcleo de esta iniciativa es un equipo base, compuesto por unas cien personas, que están recorriendo a lo largo de tres meses 160.000 kilómetros, en una marcha que comenzó el 2 de octubre en Nueva Zelanda y que finalizará a primeros de año en la Punta de Vacas del Aconcagua, en Argentina.

En el acto, el grupo central estuvo acompañado de Pilar Manjón, presidenta de la Asociación por las Víctimas del 11-M, y el deportista Perico Delgado.

El coordinador de la manifestación, Rafael de la Rubia, y presidente de la Organización Un Mundo sin Guerras, ha dicho en la Estación de Atocha que, aunque la paz era algo que parecía imposible, "obra cada vez con más fuerza".

"Si queremos cambiar la historia, que haya un giro, tenemos que trabajar en esta dirección", ha sentenciado De la Rubia, quien ha informado de que esta convocatoria se celebraba en Atocha porque es un lugar donde hubo un acto de guerra.

Homenaje a las víctimas del 11-M

A continuación, el equipo base se ha trasladado al monumento por las víctimas del atentado, donde una orquesta de cámara de la Fundación Magistralia ha interpretado fragmentos de la Sinfonía 40 de Mozart y de la sinfonía 9 de la Oda a la Alegría de Beethoven.

El portavoz de la Asociación 11-M Afectados del Terrorismo, Jesús Abril, ha saludado a la manifestación y ha dicho que una guerra fue la culpable de este siniestro y por eso, ha comentado, "nos unimos a esta iniciativa de paz, sin ánimos de venganza y con deseos de paz".

A continuación, se produjo una marcha colorista donde había grupos folclóricos de algunos países latinoamericanos y finalizó en la Plaza de Sevilla.

Esta iniciativa, que ha sido presentada en la ONU ante numerosos Gobiernos, cuenta con el apoyo de presidentes de países como Chile, Argentina o Croacia, y está apoyada por Premios Nobel, políticos, académicos, escritores y músicos, entre otros, sumando ya alrededor de 400.000 personas a ella adheridas.

En España cuenta con el apoyo del ministro de Educación, Ángel Gabilondo; el ex director general de la UNESCO Federico Mayor Zaragoza; el dirigente socialista Jesús Caldera; los cantantes Miguel Ríos, Ana Belén y Serrat; los ciclistas Pedro Delgado y Abraham Olano, y equipos como el Málaga Club de Fútbol

Marcha mundial por la paz y la no-violencia

Marcha mundial por la paz y la no-violencia

El 14 de Noviembre se producirá en Madrid "la marcha mundial por la paz y la no-violencia", iniciada el 2 de octubre en Nueva Zelanda y que tras pasar por 100 paises y recorrer 160.000 kms terminará el 2 de Enero en Mendoza, Argentina. La marcha comenzará en Atocha y finalizará en Sevilla, para lo cual el ayuntamiento ha cortado la calle al tráfico y está prevista la celebración de numerosas actividades como conciertos, concurso de relatos, proyección de cortos o exposiciones con la temática de la no-violencia. Os invito  participar y para ello os dejo un par de enlaces con información mas detallada sobre el evento.

http://universitariosenmarcha.blogspot.com/

http://www.theworldmarch.org/

 

Un joven es condenado a 15 años de cárcel en Arabia Saudí por fotografiar a una chica

Abobinable. Un joven saudí de 19 años ha sido condenado a quince años de cárcel y a 2.000 latigazos por haber fotografiado de forma "inmoral" con la cámara de su móvil a una compatriota de 17 años y haber enviado la foto a varios amigos, informa la prensa local. El tribunal acusó al joven de haber amenazado a muerte a la víctima antes de sacarle la "foto indecente", y de "difamarla" tanto a ella como a su familia por haber enviado la instantánea a un grupo de amigos. La sentencia fue dictada ayer por un tribunal de la ciudad de Haél, en el norte de Arabia Saudí, que condenó a dos de los amigos del acusado a cinco años y seis meses de prisión, respectivaente, por "complicidad".

 Parece increíble que hoy en día sigan pasando este tipo de cosas en el mundo. Que un niño de 19 años se pase la mitad de su vida en la cárcel además de recibir semejante maltrato físico por el simple hecho de realizar una foto me parece una auténtica barbarie. Aunque no es de extrañar que esto suceda en un país en el cual el Coran y la ley islámica constituyen la constitución y la base de su sistema legal y en el que 3.500 personas entre oficiales y militares conforman la llamada ”Mutawa" o policía religiosa también conocida como Policía para la Promoción de la Virtud y Prevención del Vicio y cuyo trabajo consiste en hacer cumplir la ley islámica. Tienen el poder de arrestar a cualquier hombre y mujer que se encuentren reunidos públicamente sin que sean familia y también tienen el poder de prohibir e incautar productos, como podrían ser juegos, cd’s de música occidental, películas y otros productos que no se consideren compatibles con las leyes de la sharia. No se permite la practica de ninguna otra religión.

Especialmente llamativo me resulto el caso acaecido el 11 de marzo de 2002 cuando 40 colegialas quedaron atrapadas en un incendio y los mutawa no les permitieron salir por no llevar el pañuelo en la cabeza y la “abaya “(capa negra) en la espalda. 15 murieron y el resto resultaron heridas.

 O hechos como el mes de ayuno de Ramadán en el que tanto musulmanes como otras religiones residentes en el país deben guardar el ayuno prescrito por las leyes religiosas de la sharia. Fumar, comer o beber en público durante este mes está penado con cárcel para los saudíes, o con expulsión inmediata del país para los extranjeros. Estoy a favor del respeto de otras costumbres o religiones pero no de las dictaduras de ningún tipo que obligan a cumplir una serie normas o ritos bajo penas de cárcel o maltrato físico en caso de incumplimiento. Y es la política seguida por este señor(si es que se le puede considerar como tal), el rey  Abdala bin Abdelaziz ,que  junto con su familia ocupan todos los cargos del ministerios y altos cargos del gobierno. La justicia se administra de acuerdo a la Sharia a través de tribunales religiosos, los cuales son designados por el rey basándose en las recomendaciones de Consejo Supremo Judicial compuesto por 12 juristas, a pesar de lo cual se defiende la independencia judicial protegida por ley aunque el rey puede interferir como corte de apelación.

A pesar de que naciones unidas en el 2002 condeno las prácticas seguidas por el rey, este justifico el hecho en la enorme tradición islámica que data de 1400 años y todo arreglado. Porque a pesar de que nos parezcan unas costumbres absolutamente prehistóricas resulta que Arabia Saudí es el primer exportador de petróleo del mundo y poseedor del 24% de las reservas mundiales y aquí amigos con la iglesia hemos topado. Ante esta situación las hermosas palabras llevadas a cabo por nuestros lideres acerca de la defensa de los derechos humanos y la democracia quedan guardadas en un cajón para otra ocasión mas favorable. El comercio y la economía priman y los países desarrollados fuera de las camaras están mas preocupados de inflar las arcas que de la gente a la que representan.

Según datos publicados por Amnistía Internacional Arabia Saudí es uno de los mayores compradores de armamento del mundo(por que para eso el coram no pone ningún impedimento claro) siendo el gasto total en defensa en 1997 de 18.200 millones de euros, siendo sus principales proveedores países como Alemania, Bélgica, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia o Reino Unido, todos ellos grandes defensores de los derechos humanos. Dentro de este gasto hay que incluir los instrumentos de tortura de los que dispone el gobierno Saudí procedentes de EEUU e Inglaterra como son las varas de electrochoque. Aunque claro todas las partes lo niegan.....

En fin bonitos discursos….y   justicia….económica.

 

Roberto C. Martín.