Proponen construir islas artificiales que extraigan energía de los mares
Diseño arquitectónico de una isla energética (Foto: Energyisland)
Actualizado miércoles 09/01/2008 02:41 (CET)
EDUARDO SUÁREZ
LONDRES.- Entre el retruécano y la paradoja, la solución al calentamiento global podría brotar de las tórridas aguas del Trópico si cuaja el proyecto futurista de Alex y Dominic Michaelis. Se trata de crear una especie de islas energéticas, centrales dedicadas a la producción de electricidad en medio del océano.
El sistema es sencillo: aprovechar la diferencia de temperatura entre el agua de la superficie marina –que en algunos lugares alcanza los 29º- y la de las profundidades –alrededor de 5º- para crear un ciclo virtuoso que haga brotar energía del fondo del mar casi literalmente.
El sistema lo han bautizado sus creadores como OTEC y es como una nevera pero al revés. Funciona en dos versiones. La primera es un ciclo cerrado y consiste en usar el aguar caliente de la superficie para calentar amoniaco, un material que hierve a una temperatura muy baja. El vapor del amoniaco mueve una turbina que produce electricidad y baja a las profundidades, donde se enfría al contacto con el agua, recupera su estado líquido y todo vuelve a empezar.
La segunda versión del hallazgo es todavía más jugosa pues añade a la primera el beneficio de producir agua desalada. El agua caliente se introduce en una cámara de evaporación, desde la cual pasa a mover la turbina y baja a las profundidades sin sal y lista para el consumo humano.
Por si fuera poco, utilizando las propiedades ’mágicas’ de la electrólisis, podría producir combustible de hidrógeno, poco útil por el momento pero saludado por muchos como la materia prima energética del futuro.
Hasta aquí lo más novedoso de la isla, pero en este proyecto, como en el cerdo, se aprovecha todo. Habrá paneles solares para aprovechar el buen tiempo y molinos de viento para succionar la brisa. Incluso turbinas subacuáticas para sumar a la producción energética de la isla la nada desdeñable fuerza de las mareas.
El resultado de esta suma de esfuerzos es una central eléctrica que produciría unos 250 megawatios. La isla sería completamente autosuficiente y podría expender de rebote 300 millones de litros de agua potable todos los días.
Candidato al premio ’Virgin Earth’
Según los autores del proyecto, serían necesarias 50.000 islas de esta naturaleza para satisfacer las actuales necesidades energéticas. "Si consideramos que hoy estamos luchando para encontrara una nueva forma limpia de energía", ha dicho en ’The Guardian’ Alex Michaelis, "miremos a la II Guerra Mundial como ejemplo. Entonces se construyeron 20.300 Spitfires, así que 50.000 plantas de este tipo es un número razonable".
El proyecto presenta su candidatura al galardón ’Virgin Earth’, que el magnate británico Richard Branson ha lanzado para premiar la iniciativa más importante contra el calentamiento global. El reconocimiento tiene una cuantía de 25 millones de dólares, unos 16 millones de euros, y en el jurado se hallan científicos de prestigio como James Lovelock.
En realidad, la idea de utilizar la diferencia de temperatura de las aguas tropicales para crear energía no es nueva. Probó suerte con ella el inventor francés Georges Claude en la bahía cubana de Matanzas, pero fracasó. Se le rompieron dos tuberías y apenas produjo 22.000 watios.
La experiencia confirmó que sus cálculos funcionaban, pero la tecnología no era lo suficientemente avanzada para que dieran fruto. Unos años después, encontró en Brasil una nueva utilidad para su nuevo invento: la producción de hielo, un objeto de lujo en aquella época y en aquellas latitudes, pero el barco en el que hacía el agosto fue dañado por una tormenta y Claude nunca retomó su sueño.
Precisamente, Brasil es uno de los países con mayor potencial para llevar a cabo nuevo proyecto. Los otros dos son China e India. Los tres están situados en el cinturón tropical, donde podrían instalarse las islas, y los tres tienen en común que son los países donde más se disparará el consumo energético en los próximos años.
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